Iberdrola quiere comprar una gran eléctrica europea y pone sus ojos en RWE y E.ON
Iberdrola está buscando una gran adquisición internacional con el objetivo de convertirse en la mayor eléctrica de Europa, según fuentes cercanas a la compañía. Para ello, está analizando las posibilidades de tomar el control de una de las grandes del sector en Alemania, RWE o E.ON, así como en algunas empresas privadas de Dinamarca o Suecia. Un portavoz de la compañía negó planear una operación en Europa.
La capitalización bursátil actual de Iberdrola es de 63.230 millones de euros, mientras que la de RWE apenas supera los 20.000 millones y la de E.ON (que participó en la guerra de opas por Endesa) se encuentra en 26.740 millones. Es decir, por tamaño, ambas son objetivos de compra factibles para la compañía española. La buena marcha de su negocio le confiere potencia de fuego para comprar, como demuestran los resultados semestrales publicados esta semana (aunque distorsionados por los extraordinarios del año pasado y el gasto fiscal en Reino Unido).
En caso de que no sea factible adquirir ninguna de las alemanas, o considere que las valoraciones son demasiado elevadas, ya que habría que pagar una prima, Iberdrola podría estudiar la adquisición de una empresa privada escandinava filial de una multinacional (en Suecia y Dinamarca, las eléctricas dominantes son públicas).
Las fuentes consultadas explican que todavía no ha habido contactos con ninguno de los posibles objetivos, sino que el proyecto se encuentra en una fase de análisis preliminar. Iberdrola tampoco ha contratado a ningún banco de inversión: «La operativa habitual en Iberdrola es estudiar las operaciones ella misma y sólo contar con asesores cuando ya ha elegido el objetivo y ha decidido poner en marcha la operación», algo que aún está lejos de suceder en el caso actual.
La mayor eléctrica de Europa con sede en Bilbao
El objetivo del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, con esta operación es alcanzar una capitalización cercana a los 100.000 millones de euros y convertirse así en la mayor eléctrica de Europa. En 2006, en pleno intento de toma de control de Iberdrola por ACS, la compañía adquirió la británica Scottish Power por 17.200 millones y se convirtió en la tercera mayor compañía del sector en el continente.
Además, esta operación tiene un componente político: el PNV la apoya, puesto que el gigante en que se convertiría Iberdrola tendría su sede en Bilbao. Como informó en su día OKDIARIO, la formación nacionalista ideó un plan a largo plazo para convertir el País Vasco en la región con mayor fortaleza empresarial por detrás de Madrid.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, es consciente de que es clave para mantener a Pedro Sánchez en el poder, y quiere aprovechar el declive de Cataluña como potencia económica a causa del procés para adelantarla. Para ello, pretende impulsar grandes operaciones corporativas que tendrían como protagonistas a los tres buques insignia del País Vasco: además de Iberdrola, BBVA y Kutxabank.